El Universo nos ha regalado a un caballo que pasa la noche a los pies de una hoguera ¿eres capaz de verlo? No te preocupes, todo forma parte de un caprichoso juego de luces y sombras que vamos a intentar desentramar.
Nos encontramos en la región de generación de estrellas más cercana a nosotros, el conocido como Complejo de Nubes Moleculares de Orión, por lo que ya tenemos una pista de que aquí vamos a encontrar multitud de nebulosas.
Una de ellas es la Nebulosa Cabeza de Caballo, que es la que se aprecia con los tonos rojizos propios del hidrógeno. Esta nebulosa de emisión tiene delante una nebulosa de absorción, que no es más que una acumulación de gas y polvo que no emite brillo al no recibir la energía de ninguna estrella. Gracias a esta casualidad, podemos ver la cabeza de caballo sobre un lienzo rojizo.
La otra es la Nebulosa de la Flama, que es una nebulosa de emisión, es decir, emite su propio brillo al estar ionizada por otra estrella que, aunque lo parezca, no es Alnitak (la estrella brillante que tiene al lado), ya que esta, realmente, se encuentra lejos de esta nebulosa. El aspecto de hoguera se lo otorga una nebulosa oscura que se ramifica y tapa el cúmulo de estrellas que se encuentra dentro de esta nebulosa.
Desentramados todos los secretos que forman esta curiosa imagen nos damos cuenta de que la idea de un caballo cósmico que descansa en una hoguera estelar resulta más llamativa ¿con cuál nos quedamos?

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