Incrustada en la espada del mismísimo Orión, esta nebulosa obtiene muy merecidamente el adjetivo de “gran” por su majestuosidad. No existe un objeto celeste más bello en el que perderse, pero antes de ir nos conviene saber de qué se trata realmente.
La Gran Nebulosa de Orión no es más que una parte de la enorme Nube de Orión en la que se encuentra el Cúmulo del Trapecio, compuesto por seis estrellas muy jóvenes que forman parte de un cúmulo estelar que ilumina toda esta región. Debido a la atracción gravitatoria que se produce en el interior de esta nebulosa, la región es una incubadora estelar con una tasa de creación de estrellas muy alta. En algunas de ellas se han podido observar discos protoplanetarios que algún día serán planetas orbitando su estrella, ¿os suena esto?
Como hemos dicho, hay otros objetos en esta zona que son dignos de mención, como la perla que se encuentra junto a él. Este cascabel es otro vivero estelar que brilla gracias a otro cúmulo de estrellas. A esta nube también pertenecen la Nebulosa Cabeza de Caballo y la Nebulosa de la Flama, que se encuentran en otras mesas.
No es coincidencia que esta nebulosa se encuentre delante de vuestros ojos, pues estamos seguros de que, de esta mesa, al igual que en este preciso instante está ocurriendo en algún rincón de esta nebulosa, nacerá una estrella esta noche…