Si hablamos de la Vía Láctea hablamos de nosotros, es nuestro hogar y nuestro origen, pero ¿cuál es el suyo? No hubo un periodo de tiempo con y sin la Vía Láctea, sino un proceso de formación que partió de la unión de pequeñas regiones con mayor densidad de masa que flotaban tras el Big Bang y que unieron fuerzas para vencer en arduas batallas contra otras formaciones similares, resultando en la Galaxia que conocemos hoy en día. Pero no hemos ganado nuestra guerra espacial todavía, pues la Vía Láctea sigue alimentándose de otras galaxias satelitales, como la Gran Nube de Magallanes, empoderándose para lo que el basto espacio profundo le tenga preparado.
Pero a la vez que guerrera, tiene que ser el hogar de miles de personas, y por eso lleva muchísimo tiempo adoptando las formas que más contentaban a cada cultura. Para los vikingos se deja ver como el camino que lleva al Valhalla, mientras que en los GPS de los Celtas pone que su destino es el castillo de la reina de las hadas. En Asia adopta los meandros de un río de plata en el que los australianos colocan chozas a lo largo de su recorrido. Se viste del dios Mixcóatl (serpiente de nube) para proteger a los Aztecas, pero sin dejar de preocuparse de la fertilidad de las vacas al derramar su leche sobre los egipcios. Para los griegos, Hera salpicó el cielo con leche materna cuando intentó alimentar a Hércules, mientras que en África la responsable fue una niña que arrojó brasas de fuego al cielo para poder iluminar la oscura noche. Con forma de un delfín brillante, ilumina el cielo hindú, y con la forma de la cola cortada de Tiamat (dragona de agua salada), los babilónicos celebran la victoria de su dios nacional Marduk. En cambio, en Hungría construyeron este camino para la llegada de sus míticos guerreros.
Pero toda la humanidad está de acuerdo en que, siempre ofreciéndonos su reluciente sonrisa, nos ilumina el rostro por las noches con luces ancestrales que, estemos donde estemos, nos protegen de cualquier ser mitológico espacial, igual que nuestros padres llevan años haciendo con nosotros. ​​​​​​​

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