Esta peculiar nebulosa de emisión, que algunos dirán que recuerda a una placenta, fue descubierta hace ya 230 años y se encuentra ubicada en la constelación de Cisne, navegando solitaria en un océano de polvo estelar a unos 5.000 años luz de nosotros.
Para comprender lo que estamos viendo, debemos fijarnos en la estrella azulada que se encuentra dentro de esta nebulosa. Este astro es un claro ejemplo de estrella Wolf-Rayet, que son estrellas masivas que generan potentes vientos solares capaces de expulsar de la propia estrella sus capas más externas, quedando estas iluminadas al ser ionizadas por la propia radiación ultravioleta de la estrella. No debemos confundir esto con una supernova, ya que esta se produce en la fase final de la estrella, y a nuestra compañera todavía le queda mucho por navegar.
Esperamos que podáis disfrutar, ahora con otra perspectiva, del regalo visual que nos está ofreciendo esta estrella iluminando su propia piel desprendida.

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